La gripe porcina, que ha dejado 7 muertes en México y podría ser causa de otras 148, ha perjudicado también al deporte mexicano, en especial al fútbol, que dejará de recibir millonarias ganancias tras la decisión de disputar sin público los nueve choques de la decimosexta jornada del Clausura 2009. Además, ayer fueron anunciadas la cancelación de la eliminatoria de Concacaf para el Mundial sub 17, que se disputaba en Tijuana, y el cambio de fecha para el 12 de mayo de la final de la Liga de Campeones de Concacaf, entre el Atlante y el Cruz Azul, que debe jugarse en Cancún.
También fue eliminado del calendario el torneo regional de fútbol de playa que tenía como sede Puerto Vallarta, al igual que distintos certámenes locales de categorías menores. Pero el fútbol no ha sido el único afectado. El estado de Chiapas, sureste mexicano, estaba listo para recibir el próximo fin de semana el Mundial de Saltos, pero horas antes de la hora de llegada de los competidores se tomó la decisión de posponer el evento.
Algo similar sucedió con la segunda jornada de la Serie Nascar de automovilismo, en el estado de San Luis Potosí, el segundo más afectado después de la capital mexicana.
Otra competencia de saltos, la Serie Mundial de la Federación Internacional de Natación (FINA), se celebró el pasado viernes y sábado con el estadio vacío, en la Ciudad de México, donde además ha sido suspendida la función de lucha libre y pospuesto el partido Águilas-Pumas de fútbol americano.
Las consecuencias del virus llegaron al béisbol, ya que la Liga Mexicana de verano confirmó que los seis partidos programados para el miércoles se disputarán a puerta cerrada.
La gubernamental Comisión Nacional del Deporte (Conade) suspendió además la Olimpiada Nacional, que reunía a 13.000 competidores en el estado de Baja California, para evitar el contagio entre niños y jóvenes, así como la Universiada Nacional y la denominada Paralimpiada.
EL PAIS