martes, 30 de noviembre de 2010

ESCALADA.UN NIÑO DE 9 AÑOS PRETENDE SUBIR AL EVEREST



La hazaña que costó la vida a miles de hombres a lo largo de la historia puede ser desafiada por un joven nepalí de tan sólo 9 años. Tseten Sherpa se ha propuesto escalar la cima más alta del mundo, el Monte Everest, junto con su padre.



El show del Everest parece no tener límites. La última 'ocurrencia' es que en Nepal están preparando a un niño de 9 años para que en los próximos años pueda ascender al Techo del Mundo y recuperar así para el país el récord de precocidad , que logró la pasada primavera el estadounidense Jordan Romero (13 años).

El sherpa Pemba Dorje ha anunciado que prepara a su hijo Tseten para intentar la ascensión en 2011 o 2012. En realidad, Pemba ya lo anunció la pasada primavera, al poco de conocerse la ascensión de Jordan Romero a la cumbre del Everest. Entonces explicó que Nepal debía ostentar la mayoría de récords posibles de ascensiones al Everest,v y lo justificó en la promoción internacional que supondría para el país. En ese momento adelantó que buscaría un niño de alrededor de los 10 años para prepararlo de cara a una nueva ascensión récord al techo del mundo entre 2011 y 2012.

Después de unos meses de infructuosa búsqueda, Pemba Dorje ha anunciado que el elegido es su propio hijo Tseten Sherpa, de tan sólo 9 años de edad. Asegura que es capaz de prepararlo y llevarlo a la cima del Everest, a pesar de que en su currículum actual 'solo' figura la escalada al Mt. Ramdung (5.925 m).
Sin embargo su idea choca con las nuevas prohibiciones de las autoridades tanto de Nepal como de Tíbet. A partir precisamente de la expedición de Romero, China anunció un cambio de normativa según la cual no darían más permisos de ascensión para el Everest a los menores de 18 años. Similar legislación tenía desde hacía algunos años Nepal, en su caso para los menores de 16 años.

Pemba Dorje quizás esperaba la complicidad de las autoridades nepalíes en la forma de una excepción a la norma. Pero no parece que vaya a tenerla. Según publicó el periódico 'Hindustan Times ', el gobierno de Nepal no está dispuesto a conceder el permiso de ascensión al niño, y añade incluso que si la escalada se lleva a cabo de forma irregular las autoridades no van a reconocer oficialmente la cima.

Según el presidente de la Nepal Mountaineering Asscoation, Nima Norbu Sherpa, citado por el diario, "Tseten vive en Dolakha y por lo tanto puede escalar alguna montaña local bajo el cuidado de su padre. Sin embargo, las actuales regulaciones de las autoridades tanto de Nepal como del Tíbet indican que no puede ser expedido un permiso de ascensión al Everest. Incluso si lo hiciera, la actividad no recibiría el reconocimiento oficial mientras esas limitaciones de edad sigan vigentes".

En la misma información, su predecesor en el cargo Ang Tsering Sherpa añade que escalar el Everest sin el preceptivo permiso gubernamental puede implicar una cuantiosa multa: "Las tasas del permiso ascienden a cerca de 70.000 dólares, y la multa doblaría esa cantidad; la imposibilidad de pagarla, puede resultar incluso en una pena de cárcel".
EL CORREO.COM

LA INCREIBLE HISTORIA DE OLGA KOTELO



A sus 91 años, Olga Kotelgo no sólo se mantiene más en forma que cualquier persona de su edad, sino que su estado físico es la envidia de muchas personas a las que dobla en edad.

El secreto de Kotelo es un misterio difícil de explicar: a las personas de su edad no se las ve corriendo largas distancias, practicando el lanzamiento de jabalina o corrigiendo su triple salto en carrera. La vida de esta anciana, que posee una colección de más de 600 medallas, es saludable pero no tiene nada de particular. ¿Dónde está el secreto?

Kotelo es la séptima de once hermanos y nació en una granja a las afueras de Saskatoon, al oeste de Vancouver. Durante muchos años fue jugadora de softball, pero sorprendentemente la canadiense dio el salto al mundo del atletismo a la edad de 77 años.

La 'abuela del atletismo', que desciende de padres ucranianos, tuvo una infancia marcada por la granja donde se crió: por las mañanas tenía que dar de comer a las gallinas y los cerdos y ordeñar a las vacas, aunque la falta de oportunidades en su pequeño pueblo hizo que emigrase en su juventud. La canadiense es madre de dos hijas y divorciada, lo que la obligó a apararse del deporte y dedicarse en cuerpo y alma a sacar adelante a sus vástagos.

Su amor por el atletismo nació muy tarde, pero supo recuperar el tiempo perdido. Lo hizo de la mano de una entrenadora húngara que fomentó su talento y consiguió sacar lo mejor de ella misma. En la actualidad, Kotelo trabaja duro en el gimnasio donde practica tres días a la semana y sigue decidida a seguir batiendo récords y poniendo de manifiesto que por ella no pasan los años.
EUROSPORT