La expedición 'Polo sur sin límites' formada por tres deportistas con discapacidad física y dos guías alcanzó anoche su objetivo: conquistar el polo sur geográfico.
El equipo está integrado por Jesús Noriega, a quien le falta una mano de nacimiento; Xavier Valbuena, quien perdió una pierna en un accidente, y Eric Villalón, quien sólo tiene una visión de un 5%, acompañados de guías Ramón Larramendi e Ignacio Oficialdegui.
En torno a las 21:18 hora española, los tres expedicionarios plantaron la bandera y se hicieron la foto de rigor con la bola metálica conmemorativa que marca el polo sur geográfico. Los aventureros explicaron, en una conexión telefónica con Barcelona, que se encuentran cansados pero satisfechos
Ni el agotamiento puedo empañar uno de los grandes retos de su vida: "hoy es un día muy emocionante; nos sentimos impulsados por el espíritu de los expedicionarios Amundsen y Scott que ahora hace casi 100 años llegaron al mismo paraje que estamos nosotros." Tras año y medio de dura preparación, los tres deportistas han podido visitar la base Amundsen-Scott. "Este lugar es realmente mágico. Tan alejados de todo sentimos lo vulnerables que somos", declararon por teléfono.
Jesús, Xavier y Eric han superado con creces las expectativas de la expedición, por eso "ahora más que nunca queremos trasladar con más fuerza el espíritu de este proyecto que es el motivo principal de esta aventura deportiva, científica y personal: la capacidad de las personas con discapacidad".
Atrás quedan los 250 kilómetros, a 32 grados bajo cero y ráfagas de vientos de 40 kilómetros por hora, que han recorrido en casi tres semanas. Diariamente han recogido muestras de hielo para la campaña científica y se han comunicado, vía satélite, con diferentes grupos de escolares como parte del proyecto educativo de la expedición.
Dificultades de la aventura
Alguno de los momentos más difíciles desde el punto de vista psicológico fueron la espera de los primeros días para coger el avión que los debía de trasladar desde Punta Arenas a Patriot Hill, lugar de partida de la travesía y cuando se rompió el palo de la tienda.
Durante la expedición sólo se ha producido un momento delicado hasta el punto de hacer peligrar su continuación: una gastritis padecida por Eric Villalón, que finalmente se pudo resolver de forma satisfactoria.
EL MUNDO