miércoles, 12 de noviembre de 2008

El hockey como terapia contra un cáncer terminal




El portero, al que los médicos le dan siete semanas de vida, no quiere dejar su equipo.
Operado dos veces del tumor cerebral, 'el jugador más valiente de Alemania' ha sido deshauciado por los doctores.


ROBERT MULLER VOLVERÁ A JUGAR EN ALEMANIA

El alemán Robert Muller, al que los médicos le dan apenas siete semanas de vida, volverá a jugar el viernes en la primera división de la Liga alemana de hockey sobre hielo.
"Obviamente me alegra mucho volver con el equipo", dijo hoy Muller, que jugó por última vez el 20 de abril para los Kolner Haie ("Los tiburones de Colonia"). Tras 198 días ausente, el que es también portero de la selección alemana, atajará para los "Haie" en el choque con el Duisburgo, dado que el suplente Stefan Horneber se lesionó el martes, informó el club.



"Es una lástima volver por la lesión de Stefan Horneber; espero que 'Horni' se mejore pronto", se lamentó Muller. El "portero más valiente de Alemania" -así lo bautizó el "Berliner Morgenpost"- debió dejar de jugar a principio de la temporada, tras su segunda intervención quirúrgica por un tumor maligno que tiene en el cerebro, y pudo reintegrarse a los entrenamientos del equipo recién en octubre.

Los médicos le pronosticaron a Muller siete semanas de vida, pero el deportista de 28 años no abandonó las ganas de vivir y entrena a diario para darse el último gusto de volver para defender la meta de su equipo. "Robert mejora todos los días en los entrenamientos, y aunque no esté todavía al 100 por ciento, le confío por completo el papel de sustituto", dijo el entrenador del Haie, Clayton Beddoes.


"Robert Muller superó la media de supervivencia de este tipo de tumores. La mayoría de los pacientes no llegan a vivir un año y sólo tres por ciento resisten cinco años", explicó a pedido del jugador su médico, Wolfgang Wick, el oncólogo de la clínica universitaria de Heidelberg, en declaraciones que reprodujo el semanario "Der Spiegel".
Todo empezó con unos mareos en noviembre de 2006 que lo obligaron a abandonar el torneo de Copa Alemana en Hannover. Los estudios confirmaron la existencia de un tumor maligno en el cerebro, que en una primera operación le fue extirpado parcialmente.

Robert Muller (K. Haie)
El nuevo golpe llegó en agosto de este año, cuando en un chequeo de rutina se corroboró que el tumor había vuelto a crecer. Una segunda operación fue necesaria, pero también esta vez fue imposible extirpar todo el tumor, que ejerce presión sobre vasos sanguíneos.
Desde entonces, Muller tiene la certeza de que ya no hay cura para su mal. Muller tiene un glioblastoma en el cerebro, un tumor de cuarto grado, especialmente agresivo y de crecimiento muy rápido. El deportista, casado y padre de dos hijos, no habla sobre su enfermedad, y prefiere concentrarse en hacer lo que mejor sabe: jugar al hockey sobre hielo.




EL MUNDO

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