Muammar Gadafi prohibió el deporte poco después de la participación de Zugdani en los Juegos Olímpicos de 1976
El local habilitado para entrenar era de uso privado del hijo del exlíder libio
Cuando Muhammad Ali fue fotografiado estrechando su mano con el boxeador más prometedor de Libia, pocos podían imaginar que Giubran Zugdani nunca más volvería a ser visto arriba de un cuadrilátero. Zugdani cosechó victorias en todo el mundo y tiene una carpeta de artículos de periódicos para probarlo. Pero el ex líder libio Muammar Gadafi prohibió el deporte poco después de la participación de Zugdani en los Juegos Olímpicos de 1976, por lo que él y una generación de talentosos púgiles desaparecieron de la escena para siempre.
O al menos eso se creía. Pasaron tres décadas y el ahora hombre de mediana edad quitó el polvo a sus antiguos guantes e inauguró el primer club de boxeo en Libia desde que el deporte fue proscripto. "(Gadafi) suspendió el deporte porque no le gustaban las estrellas", dijo Zugdani, hablando en el nuevo establecimiento en el club que antes pertenecía a Saadi Gadafi y su equipo de fútbol. Mientras tanto, en el fondo del local se disputaba un partido de vóleibol y en otro sector empezaba una clase de karate. En cualquier otro lado sería un club más, pero unos meses antes el salón estaba reservado exclusivamente para Saadi Gadafi y sus amigos.
El ex director del club de fútbol, Mohammed Hamozuda, dijo que había sido expulsado en 1993, cuando el hijo del ex líder asumió el cargo. "Saadi obligó a los civiles a irse y así el club fue tomado por el Ejército", señaló Hamozuda, agregando que el nuevo director sería elegido democráticamente.
Una nueva generación
"Quiero convertirme en campeón como mi papá", declaró Ahmed, de 10 años, vestido con un disfraz de Spiderman y siendo el único pupilo con la suerte de tener un pequeño par de guantes de boxeo. Su padre fue uno de los ex boxeadores que ayudaron a Mahmoud Abushgewa, también campeón en la década de 1970, a hacer ingresar al deporte a una nueva generación de jóvenes libios en la era posterior a Gadafi. "En el boxeo, uno tiene que aprender que el cuerpo es nada", indicó Abushgewa, explicando cómo uno tiene que afrontar el miedo a ser golpeado.
Abushgewa apareció desde atrás con un bigote blanco mientras gritaba a una docena o más pupilos de unos siete años, lanzando algunos golpes al aire con sus puños sin guantes. "Estamos esperando a que todo llegue", manifestó. Todos los ex púgiles guardaron cuidadosamente sus guantes durante cuatro décadas en las que los entrenamientos se realizaban en lugares secretos, mientras esperaban el momento para volver a boxear públicamente.
"Libia tiene un muy buen equipo de boxeo. Pero Gadafi dijo que esto es violencia, algo que era contradictorio. ¨Cómo es que hay violencia en un lugar y en otro lado está bien", apuntó un amigo de los boxeadores. El hombre también era un ex deportista que jugó en la selección nacional de fútbol, aunque nunca fue conocido por su nombre porque ninguno salvo Saadi Gaadafi era reconocido. El resto eran sólo números.
El permiso para el deporte acaba de ser confirmado por el gobierno interino de Libia, pero las clases ya se están llevando a cabo todas las tardes y de manera gratuita. Muchos de los nuevos estudiantes son hijos de ex boxeadores, los más jóvenes lo suficientemente pequeños para tener garantizada su nueva libertad.
EL MUNDO
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